Amelia piensa en qué hubiera pasado. En el caso hipotético de que tal vez, si quizás... Pero no se puede sacar la duda, se ha quedado enganchada en el velcro de sus pulmones. Se lo quiere preguntar a él. "¿Qué hubiera pasado, si te hubiera quitado tu cazadora, me hubiese puesto el disfraz de valiente, pintándome pinturas de guerra con mi barra más roja y te lo hubiera dicho: quiero besarte?"
No, imposible decirselo, se pondría a temblar y haría voto de silencio, y se transparentarian las ideas en sus ojos claros. Aun asi no se desecha la idea de dejarle un post-it en esa esquina "tengo un te quiero que cobrarte, que lo dices muy a la ligera", porque cada vez que le ve, no quiere soltarle nunca nunca,y por eso, para evitar el riesgo... no se acerca.
ooooh, liz, me encanta :)
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RépondreSupprimerme respondes a munekitacat@gmail.com
besosss
Catherine