mardi 16 novembre 2010

2

2






Necesita sólo un cuaderno y la banda sonora de Amelie para despegarse las emociones, hacer una operación a corazón abierto, sin anestesia, y dejarlas sobre el papel.
Cuando de pequeñita tenía un deja vu, solía emocionarse y pensar que era Especial, con mayúscula. Esa habría sido una diferencia agradable, diferente. Y se la guardaba para ella, una sensación agradable, su más preciado tesoro. Ahora Brunette se pinta los labios de rojo, para ocultar su palidez. Son unos labios tímidos, pálidos de tanto callar, de no susurrar gritos - un te quiero- ni gritar susurros -qué bueno este momento-. Sueña que es una maldición, como en los cuentos que nunca leyó cuando debía. Que recuperarán su brío cuando los bese alguien que apostaría sus suerte por rozar su boca, y se atreverá a susurrar las palabras prohibidas -ámame-. Alguien que apostaría su destino a la ruleta rusa. Rusa, como el rojo de su maquillaje.


















(labios rojo chanel, labios que quieren amar)

1 commentaire:

  1. ¿Sabes? Hace poco caminaba por la calle con los labios rojos y muy triste, y se me ocurrió un texto que todavía no he escrito, porque se me fue de la mente completamente.
    Trataba de la tristeza que se nota en las líneas que resultan con la posición de los labios según los sentimientos de tu alma en ese momento, y que el maquillaje, en este caso los pintalabios carmín, conseguían tapar y hacer que esos malos sentimientos te resulten ajenos. Lo malo es que a la chica de la historia siempre le dolía tanto el corazón que acababa desvaneciéndose.

    (:

    RépondreSupprimer

Dicen que el frío a nadie deja indiferente...